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miércoles, 23 de enero de 2013

Cuéntame cómo pasó...

Todo empezó una tarde cualquiera. Simplemente había salido de casa para ir a un parque cercano y jugar al fútbol con unos amigos. Lo cierto es que nunca me gustó demasiado este deporte, pero a casi todos los chicos con los que salía en aquella época les encantaba y como nunca me gustaba llevar la contraria, accedía con gusto a echar unas pachangas. Hago un inciso para aclarar que, a medida que pasaban los años, mi forma de pensar fue cambiando.

 
El caso es que una vez que empezaba el partido diario no parábamos de dar golpes al balón hasta que nos cansábamos (y había veces que esto no ocurría hasta pasadas dos horas). Todos sabemos que esto cansa a cualquiera, incluso a chavales de diez años, así que necesitábamos reponer líquidos. Justo en ese momento, todos mirábamos con recelo la fuente del parque. Por aquella época siempre nos decían nuestras madres que nunca bebiéramos agua de las fuentes de la calle, dado que las usaban drogadictos, perros, palomas... ¿Qué podíamos hacer? Nos moríamos de sed, pero nadie quería beber de allí si no quería sufrir dolor de estómago por la noche. Uno de mis amigos sugirió que podíamos entrar a un bar que había a la vuelta de la esquina y pedir un vaso de agua (imaginaos hacer eso en el recién estrenado 2013...). Dicho y hecho. Allí nos plantamos todos, seis chavales sedientos y sudados en la barra de un bar de barrio lleno de adultos, los cuales se entretenían tomando vinos y tapas. El barman nunca nos gruñó ni nos puso una mala cara, sólo se echaba una sonrisa y nos ponía los vasos de agua (¡y gratis!).


Precisamente fue uno de esos días cuando, tras terminar el vaso de agua de rigor, nos fijamos en un tumulto de chavales reunidos contra la pared. Observándolo mejor, vi que se arremolinaban junto a un mueble, una máquina de videojuegos que decíamos en aquél entonces. No es que no hubiera visto nunca una (estábamos ya en 1991), pero me sorprendió mucho ver el éxito de la citada recreativa. Pero no sólo me acerqué yo. Absolutamente todos mis amigos estaban ensimismados con la situación, así que nos acercamos para ver qué juego era. No entendimos de qué iba hasta que lo vimos con nuestros propios ojos: un chico manejaba a un bicho encorvado, amarillo, de pelo anaranjado y sin pupilas, el cual le estaba dando una patada a una chica de piernas musculosas vestida de azul y con unos moños que me recordaban a la Dama de Elche, salvando las distancias. 


Todo parecía el típico videojuego de la época; sin embargo, todos nos quedamos sorprendidos cuando de repente aquella bestia amarillenta se echó hacia atrás y realizó un ataque muy original: se lanzaba hacia la chica de los muslos como un proyectil, girando sobre sí mismo en forma de bola. El golpe habría sido certero de no ser porque la chica se quedó parada y empezó a lanzar patadas al aire en todas las direcciones a una velocidad vertiginosa, con lo que se deshizo de su enemigo y lo tumbó. Una voz que salía del juego decía:
Chun-Li wins!
Nunca había visto un videojuego tan vertiginoso, con tanta acción y que me hiciera descargar tanta adrenalina sin haber jugado a él. Era algo fresco y novedoso que gustaba a todos los jóvenes de aquel año. Se trataba de Street Fighter II, de Capcom.



A veces me sorprendo a mí mismo de la cantidad de juegos del pasado que soy capaz de recordar. Cuando comencé a escribir esta entrada, me di cuenta de repente de la cantidad de recreativas que recordaba de mis tiempos mozos. Voy a haceros un flashback de las más famosas que recuerdo.


Shinobi (SEGA)

Si hay una recreativa que recuerdo con especial cariño (y desesperación) es ésta. Manejábamos a un ninja llamado Joe Musashi a lo largo de niveles de scroll horizontal en los que debíamos rescatar unos niños que habían sido secuestrados por la malvada organización criminal Zeed.


Es de los primeros videojuegos arcade que recuerdo en mi vida, dado que fue lanzado en Europa en febrero de 1988, hace ya 25 años.

Su mecánica es tan simple que asegura unos niveles de adicción elevados. La cuestión era que, como casi todos los juegos de la época, había una curva de dificultad cuya pendiente aumentaba sobremanera hacia la misión 3. Constaba de 5 misiones, con 2 o 3 niveles cada una de ellas más una lucha contra un jefe al final de cada misión. 

Si os atrevéis, creo que en MAME se puede conseguir esta verdadera joya de la época, pero no digáis que no os avisé. A día de hoy, he conseguido llegar a luchar contra el jefe final, pero no he logrado vencerle.



Street Fighter (Capcom)

Es cierto que ya conocía la saga Street Fighter antes de toparme con Blanka y Chun-Li, lo que pasa es que eran tan distintos que no los asocié hasta pasado un tiempo. En la primera parte, bastante menos conocida que su predecesora, manejábamos a un jovencito Ryu que trataba de hacerse con el título de Street Fighter con el clásico sistema de control 1 vs 1. El mundo se dividía en 4 fases, con 2 adversarios cada una: Japón, USA, China e Inglaterra. Si conseguíamos vencer a todos nuestros contrincantes accedíamos a la fase final, Tailandia, donde al final nos encontraríamos con nuestro mayor rival, Sagat, que posteriormente también aparecería en la secuela del título.


Ni qué decir tiene que el manejo del personaje no se parecía en nada al de Street Fighter II, dado que poseía un movimiento robotizado y arrítmico que podía llegar a cansar al más ducho en la materia; sin embargo, si éramos capaces de dominar el joystick y los botones, nuestros enemigos no nos durarían más de 15 segundos, golpeándolos a base de ataques especiales repetitivos, como los famosos hadouken o shoryuken que tanto se escucharon años después.

Aquí os dejo un enlace al vídeo por si no lo habéis visto nunca: Street Fighter


Carrier Airwing (Capcom)

Quizá muchos de vosotros que seáis tan aficionados como yo a este mundillo no conozcáis este título de principios de 1991, si bien atrajo legiones de fans hacia sí. Se trata de la segunda parte de un juego que había aparecido el año anterior en Super Nintendo, "El cerebro de la bestia".

En él nos pondremos a los mandos de los mejores aviones de guerra del mundo y trataremos de atravesar las diez larguísimas fases (si no recuerdo mal...) a través de lugares tan dispares como el desierto, una ciudad con rascacielos, el polo norte o la mismísima base secreta del enemigo.



Largo, difícil, adictivo,... volvemos a encontrarnos con estas características en un juego de Capcom, el cual no tenía absolutamente nada que ver con Street Fighter. Cuando menos es curioso, ¿no? Parece que le cogieron el punto a los 90. 


Tumblepop (Data East)

Y vamos ahora con uno de esos juegos considerados de culto. Lanzado en 1991, Tumblepop se podría definir como un juego de plataformas y acción en el que dos chavales se dedican a recorrer el mundo atrapando fantasmas con sus aspiradores. A primera vista, podría parecer que se basaron en las películas de Cazafantasmas; sin embargo, creo que esto no es así por varios motivos. En primer lugar, ni los personajes ni la historia tienen que ver con los protagonistas de las películas de Ivan Reitman. Además, recorren el mundo por diferentes países, lo que nos hace pensar en la influencia de Street Fighter. Pero lo más curioso de todo, es que la mecánica de juego se parece sospechosamente a Snow Bros, aparecido el año anterior de la mano de Toaplan.


Dejando intrigas a un lado, es cierto que quizá la curva de dificultad de este título sea la mejor de todos los que he explicado en esta entrada. Podemos comenzar en cualquier punto del globo terráqueo, de modo que la fase que hayamos escogido constará de 5 secciones (jefe final incluído). A continuación, seguiremos el orden natural establecido por el juego, pero añadiendo siempre una sección más que en la fase anterior, de modo que la segunda fase constará de 6 secciones, la tercera de 7, etc.

Es también de los más largos que recuerdo y se hace obligado jugar a dobles, al menos una vez en la vida, para poder disfrutar de la experiencia al máximo.


También recuerdo muchos otras recreativas, como

BombJack 

Pang!

Super Pang 

Gals Panic (picantón, picantón, jejeje)

Astérix 

Dungeons & Dragons: Tower of Doom 

Fatal Fury 

Mortal Kombat 


pero la mayoría de ellos son posteriores.




Ahora me encenderé un rato la Sega Saturn...

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